agosto retrógrado

Es un mes mucho tiempo? Es poco? Es mucho? Es poco? Cómo lo mido? Con qué lo comparo? Huí de los posibles huracanes de Cabo para enfrentarme a otros, sorpresivos, intensos, sin escapatoria: Los huracanes emocionales - de los que he huído toda mi vida y me agarraron de sorpresa -.

Un camión de noseque en el centro de Salas, Asturias.

Una mañana lluviosa como el 80% de las que me tocan en este verano en Salas y yo, que vengo de dos años y medio de desierto 🌵 lo gozo como si nunca antes hubiese visto llover. Ese camión iba pasando, yo iba con AirPods pero algo me hizo mirarlo, se frenó justo al lado, venía escuchando Jorge Dexler y pensando, una vez más, en lo relativo que es todo: Agosto viene siendo denso, pero ayer fue un poco más. CUATRO personas cercanas me escribieron contándome noticias de shock que llegaron ayer, con la luna llena. Los cuatro sacados de onda porque fueron noticias totalmente imprevistas. Yo sé que el ejercicio de la gratitud debe ser diario pero es que en esos momentos de pérdida o shock o sorpresa la vida nos pone un parate obligado a hacerlo y es ahí cuando aparece más la consciencia hacia la gratitud y hacia todo. Entonces ayer con la primera de las noticias de mis personas ya me quedé sensible, pensativa. Luego la otra, again. Luego las otras dos. Y esa sensación no me la había podido quitar de encima. Pensé (y me culpé) en que yo venía dándole vueltas a cuestiones tan remotas, tan finitas, tan cambiantes y superficiales, y estas personas tenían problemas reales: de esos que no tienen realmente vuelta atrás, esas en donde no tenes realmente el poder decidir porque la vida decidió por vos. Lo comparo (aunque no es bueno comparar todo todo el tiempo ya se) con mi realidad y con mi posibilidad de elegir y me da un poco de calma, por un ratito. Mis problemas NO son de vida o muerte, pienso.

Entender que somos - sobre todo - vulnerables absolutamente todos los seres humanos me hizo pensar, una vez más en que no es un día más: es un día MENOS y me acordé que hace un tiempito escribí:

Creo que siempre me norteó mucho el momento en que conecto con eso. No hay vez en que la curiosidad por esas cuestiones no se me active: a veces, estoy en el entorno correcto y puedo compartirlo y explorarlo, a veces lo dejo pasar sin clavarme mucho en el tema. Por suerte siempre tengo algo que me hace recordarla y volver a ella. Siento también que muchas veces esa curiosidad me conectaba un poco con el adentro y no se sentía tan placentero, entonces un poco le huía, me distraía. Tarde entendí (nunca es tarde, siempre es a tiempo) que esos llamados no eran más ni menos que de mi interior y que también eran mis emociones hablando, al distraerme de esa curiosidad, me alejaba de ellas, las reprimía y eso siempre trae en algún momento una explosión: las emociones no pueden mantenerse así por tanto tiempo, necesitan fluir, salir, nadar, necesitan SER.

Pienso en la canción y en las palabras de Dexler que escuchaba esta mañana: nada se pierde, todo se transforma. Eso me da paz por un lado y me cuesta por el otro. No me cuesta entenderlo: me cuesta aceptarlo. Pero me queda dando vueltas.

Pienso en algo que aprendí hace unos (10?) años con la astróloga que me conectó por completo con la astrología (en Buenos Aires). Nos lo explicó en una comida (almuerzos del zodíaco) que hacíamos en el Hotel donde trabajaba en ese entonces, en el que hacíamos cada mes comidas astrológicas con periodistas - que cumplían en ese mes - hablando del signo y de las predicciones para el año que empezaba. Repetí ese ritual durante cada mes durante 4 años y no me quedó otra que volverme fan de la astrología — lol :

ella lo dijo en contexto de explicar la astrología como un servicio metereológico, que te avisa cómo va a estar el clima, “pero luego vos elegis: si te dicen que va a llover y vos salís sin paraguas es tu decisión, nos decía, y la astrología sería como el servicio metereológico que te avisa que va a llover” . Es ahí donde hago una analogía: las emociones TE AVISAN, te dan un mensaje. Vos elegís que hacer con eso: escucharlo, prestarle atención o seguir de largo.

Pero volviendo a la astróloga, en ese contexto de charlas con principiantes en el tema nos dijo también un día:

El día va a llegar, después de la noche, pero no podemos acelerarla y hacer que pase más rápido, ni tampoco podemos evitar su proceso natural: después de la noche, vendrá el día - pero no antes -

Pienso en todas las veces que me desespero por no superar rápido las cosas o no tener rápido las respuestas: van a llegar, después de la noche. Van a llegar, después del proceso natural previo y necesario para que lleguen: ya he encontrado muchos ejemplos de eso en el último año.

Me quedó de esa época el respeto por la astrología y la información que nos da: Yo sabía que se venía un agosto - casi completo - de mercurio retrógrado. Obvio que un poco lo critiqué, justo este mes necesitaba a los astros de mi lado: tenía un viaje pendiente fuera del país, un voluntariado en un nuevo tipo de hotel para tener prácticas en este tipo de hospitalidad y de turismo, un verano español, planes de paseos, cuestiones de trabajo, mi madre con una situación de salud, etc. Pero: podía evitarlo? No. Más bien, podía entenderlo y ver si me llevaba el paraguas o no, es lo único que tenía en mis manos. Y también debía saber que aunque me lleve el paraguas, a veces la lluvia no es lluvia y es una tormenta, o es un huracán. Lo bueno es que me tenía a mi y esta vez no iba a buscar distracción, iba a más bien prestar atención.

En sesión de terapia a le decía a Jorge que yo se que casi toda mi vida he tapado mis emociones y no me animaba a sentirlas y ahora que me animo no paran de invadirme cada día me pegan un revolcón y parece todo re grave, y aunque estoy dispuesta a atravesarlo y permitirlo: cuando acaba? Cuando “ya aprendo”? Él me explicó que en el momento del arrastre de ese huracán no tengo que intentar hacer pie: “que lo que me pasa es que me desespero y quiero poder frenar el huracán y pararme rápido, sin mucho revolcón ni consecuencias”. Pero que no. No es mi decisión ni está bajo mi control saber cuando acaba ese huracán emocional como tampoco podemos frenar al huracán natural cuando ataca. Le pregunto por qué ahora? Si estoy en exilio (JA), en un pueblo maravilloso, con gente linda alrededor, en un plan que solo tiene tranquilidad, slow down y calma. Me adelanto y le ahorro el trabajo, me auto-explico antes de que él responda que en verdad el entorno sí importa: este entorno me pone enfrente de mi misma. Yo misma elegí esto, claro, pero no se si fui tan consciente de la que se venía. Tener a Jorge cerca me dio paz: son muchos estímulos a la vez, Dana, NO intentes entenderlos y menos a todos juntos y menos de una vez. Muchos de esos estímulos no son nuevos, solo que ahora les presto atención.

Me costó un par de noches asimilarlo. Es el primer paso: asimilarlo en lo racional, para luego interiorizar. Sigo en eso.

Estoy en paz a pesar de todo. Tengo un contexto de muchos cambios y preocupaciones, me hago planteos existenciales re profundos que no se si son normales o me pasan solo a mi. Me planteo la vida que vivo cada día. Me preguntaron hace poco cual es mi hogar y me quedé pensando. No tuve una respuesta rápida realmente. Cual es mi hogar? Se perfectamente que el hogar no es un lugar físico, pero de todos modos siempre necesitamos un lugar físico al que llamar y armar de hogar. Hace un tiempo vivo bastante de nómade, allá y acá. Siento que sigo en búsqueda y de alguna manera por eso a veces no estoy en paz. Necesito vivir con un sentido. Me culpo de nuevo. “Yo debería tener esas respuestas”. “Si me hubiera escuchado hubiese tomado mejores decisiones”.

Y pienso en wow las consecuencias de desconectar las emociones. Lo he hecho durante unos 30? Años. Claro que no me culpo, muchas veces son mecanismos de defensas y bla bla bla pero, aunque las consecuencias son unas buenas sacudidas como las del Mar de Cortés en cualquier playa, vale la pena abrir ese canal directo hacia adentro, escuchar qué pasa, y sobre todo, hacer algo al respecto. Muchos días me sentí en carne viva, vulnerable sensible y chiquita por completo, pero si hay algo que NO he sentido fue estar fuera de mi, desconectada, y el poquito de paz que encuentro es en saber que si estoy conmigo, estoy bien.

Toda esta información estaba dando vueltas dentro mío. Solo había mucho ruido afuera y no lo podía escuchar. Sentía un malestar pero no identificaba mucho más: intentaba encontrar culpables, justificativos, motivos, etc. Error. No es por ahí. Siempre es pa adentro esa búsqueda de respuestas. Por eso también busqué esta experiencia, que es doble: prácticas en este lugar (el albergue), y ESTE LUGAR: Salas, campo, naturaleza, 150 habitantes, peregrinos, lluvia, más lluvia, y no mucho más. Llegar caminando 35 KM, en medio de la nada con ruidos solamente de vacas y pájaros. Personas que se vuelven familiares y cotidianos pero que se marchan. Rápido. Los peregrinos se marchan, los compañeros de team se marchan, no queda lugar para el apego: todos TODOS ellos están en su misma búsqueda, que es exactamente igual a la mia.

No es fácil el proceso de estar en paz. Lo bueno es que hay muchos canales para llegar: la terapia, la astrología, los amigos, los ratos con uno mismo. Si estas dispuesto a conocerte, todas las herramientas estan alrededor.

En este mes y esta montaña rusa emocional re planteé mi vida y abrir todas las posibilidades de reencauzarla: literalmente tengo al menos, 10 planes diferentes de hacia donde ir. Lo que pasa es que se me meten en el medio la mente por un lado con su bullicio, el invasivo e inoportuno miedo, y las emociones con su arrastrón. Entonces respiro, freno, los dejo hacer sus shows y luego vuelvo a retomar el plan.

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